Deir el Medina es un antiguo poblado egipcio de trabajadores donde vivían los artistas, artesanos y obreros que trabajaron en las tumbas del Valle de los Reyes durante las dinastías XVIII a XX del Reino Nuevo (ca. 1550-1080 a.C.). El yacimiento está situado en la orilla oeste del Nilo, bajo el Valle de los Reyes.

Los primeros restos datables de la aldea se remontan al reinado de Tutmosis I (ca. 1506-1493 a.C.) y el asentamiento tomó su forma definitiva en el periodo ramésida. En su apogeo, la comunidad contaba con unas 68 casas repartidas en una superficie total de unos 5.600 metros cuadrados, con una estrecha carretera que atravesaba la aldea. El tamaño de las viviendas variaba, con una superficie media de 70 m², pero se utilizaban los mismos métodos de construcción en todo el pueblo. Las paredes eran de ladrillos de barro construidos sobre cimientos de piedra. El barro se aplicaba a las paredes, que luego se pintaban de blanco por fuera. Las casas constaban de cuatro o cinco habitaciones, con una entrada, una habitación principal, dos habitaciones más pequeñas, una cocina con bodega y una escalera que llevaba al tejado. La habitación principal contenía una plataforma de adobe con escalones, que posiblemente servía de santuario o cama de parto. Casi todas las casas tenían nichos para estatuas y pequeños altares.

Las tumbas construidas por la comunidad para su propio uso incluyen pequeñas capillas y subestructuras excavadas en la roca y decoradas con pequeñas pirámides. Destacan las hermosas tumbas de Inherkau, un destacado funcionario en la construcción de las antiguas tumbas reales egipcias del Valle de los Reyes, y Sennedjem, un antiguo artista egipcio y maestro constructor de la XIX dinastía.